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martes, 14 de octubre de 2014

El Flow Perfecto

En el año 2014, dos buenos amigos en una de sus muchas conversaciones absurdas crearon algo increíble, el flow perfecto. El flow perfecto consistía en un vasco negro, pelirrojo y japonés a la vez, que este tocando un ukelele metálico con una carta de su baraja de magia usada como púa, un cuaderno de poesía en el bolsillo con unas gafas de sol y una capucha puesta mientras de pie en la playa mirando fijamente al horizonte en un precioso atardecer con un traje y por encima un abrigo azul, un abrigo azul muy característico el cual es propiedad de nuestro protagonista, Mateo. Mateo junto a su amigo Andrés en una buena tarde del verano de 2014 cogieron las mejores facultades que vieron en sus amigos y las juntaron en un solo hombre, El flow perfecto. Tan genial era para ellos que Mateo con sus propias manos hizo dos cuadros representando el flow perfecto, dos cuadros iguales para que cada uno de los creadores tuviese uno. Con el paso de los años cada persona en ese genial grupo de amigos se dispersó por el mundo, hasta que se perdió entre ellos el contacto de modo que solo alguna vez se veían. Andrés se fue a vivir a Bilbao a estudiar y convertirse en un reconocido mago, mientras que Mateo se fue a Cataluña o como a él le gustaba llamarla, Catalandia, a esparcir los terrenos de Bilbao mediante la palabra y a convertirse en un gran artista, tanto en el arte de la pintura como en la música.
Volvemos al presente, año 2025. Mateo justo había cumplido los 28 años y su vecino, con el que se llevaba bien no pudo ir a felicitarle, de modo que al día siguiente cogió la llave para entrar y darle una sorpresa con una mini tarta de cumpleaños. Cruzo el jardín y entró en su casa, bastante grande dado que era un hombre de éxito admirado por muchos como artista sobre todo por su obra más famosa ‘’El Flow Perfecto’’. Entro en su casa emocionado y procurando no hacer ruido pero al llegar a su cuarto se llevó la que probablemente sería la mayor sorpresa de su vida. Su habitación estaba destrozada, todo revuelto, la ventana que daba al mar estaba reventada, la caja fuerte abierta y vacía y los armarios abiertos con toda la ropa por el suelo y la cama estaba rajada por la mitad… Y su cuadro de ‘’El Flow Perfecto’’ no estaba.
Hubo una investigación, pero no se encontró a un responsable y Mateo estaba desaparecido. Tras unos meses se le dio por muerto y se organizó un funeral en su ciudad natal, Valladolid. A él fueron invitados todos sus amigos y familiares, entre ellos Andrea, Juan, Nao, Andres y demás gente que en su juventud le había importado. Mención especial a DIO, que para sorpresa de algunos apareció allí para honrar el recuerdo de Mateo que tantas veces había hablado de él. Por petición especial de Mateo durante su vida, el funeral lo ofició Chuck Norris, que encantado de recibir tal honor intento afeitarse para ceder su barba al alma de Mateo, pero las cuchillas, espadas y motosierras con las que lo intentó la gente se rompieron y lo dejaron estar. Obviamente no había un ataúd ya que no había cuerpo, pero eso no impidió una gran celebración a la altura de tal artista. En la parte de atrás de la sala, con la cabeza agachada había un hombre cuya mirada estaba fija en un solo hombre, el cual sintió una mirada en el cogote y al girarse sus miradas se cruzaron. Aquí entra en la historia Andrés, que víctima de esa mirada se disculpó ante las personas con las que estaba hablando y sin soltar la copa que se tomaba en honor de su gran amigo caído se acercó a ese hombre al que identificó al instante, aunque no sabía realmente quien era. Era un hombre negro, con gafas de sol, pelirrojo y rasgos asiáticos, algo le decía que japoneses. Llevaba un ukelele a la espalda del que asomaba un As de picas con una punta mellada, trajeado. Solo por asegurarse, Andrés miro a la percha donde vio el abrigo de su amigo. Ese hombre era el Flow perfecto. Al acercarse Andrés, que hasta ese momento tanto él como sus amigos pensaban que era el hombre con la acumulación de flow más alta del planeta, se sintió intimidado. Con la voz seria y la mirada fija en él le dedico un saludo con la cabeza y después inició la conversación.

-¿Quién eres? –Era lo primero que quería saber, necesitaba confirmarlo.
-Llamame Flowpe –Flowpe le extendió una tarjeta de visita en la que solo ponía su nombre… Flowpe R. Fecto. A Andrés le costaba mantener la compostura, sin duda esto no era algo normal. La gente que conocía a Andrés y a Mateo desde hacía años era capaz de sentir el flow a su alrededor por haber convivido con ello tanto tiempo, sobre todo desde la vez que Andrés hizo magia al ritmo del ukelele de Mateo, y ellos mismos sintieron como el flow de esa sala era increíblemente alto desde el momento en el que inició la conversación.
-¿Qué haces aquí?
-Venía a buscarte, tienes algo que hacer. ¿Te apetece que Mateo vuelva a la vida no?
Los ojos de Andrés se iluminaron. Pensó en recuperar a su amigo a partir del flow y sin duda alguna Flowpe y el salieron del establecimiento sin despedirse.
Las indicaciones de Flowpe eran muy claras, tenían que ir a casa de Andrés y coger su cuadro de ‘’El Flow Perfecto’’, sacarlo de su marco y mirarlo por detrás. Fueron en el coche de Andrés hasta su casa en Bilbao y allí él siguió las indicaciones que le había dado. Para sorpresa de Andrés, tras el cuadro había unas coordenadas y una fecha y hora concretos, así como una carita sonriente con un WIIIIII al lado… Típico de Mateo.
Las coordenadas coincidían con la playa de Gorliz, (43º 24’ 56 ‘’ N/ 2º 56’ 40’’). Estaban a unos 30/40 minutos en coche de allí así que era perfecto. La fecha era al día siguiente, jueves 17 de julio a las 21:12. Era la 1 de la mañana, quedaba poco tiempo. Flowpe se supone que sabía lo que había que hacer de modo que Andrés estaba tranquilo y ese día durmió. A la mañana siguiente Flowpe se había levantado pronto y había hecho un desayuno alucinante, desde luego el nombre se lo había ganado.
-Flowpe, ¿Puedo hacerte una pregunta?
-Claro, dispara –En su forma de hablar se transmitía tranquilidad, con una cara sonriente en todo momento-
-¿De dónde has salido?
-Fui creado por vosotros hace años, y un fuerte estallido de flow de Mateo a la hora de morir hizo que cobrase vida. Para mi Mateo y tu sois los Flow Masters.
Andrés le gustó tanto lo del Flow Master que decidió no preguntar nada más y dejarlo ahí.
Pasaron las horas y a las 19:00 estaban ya Andrés y Flowpe en la playa de Gorliz. Andrés dio unos pasos en la arena y sin girarse, mirando el oleaje pregunto:
-¿Y que tendremos que hacer aquí?
Se quedó callado, esperando una respuesta que nunca llegaría ya que al girarse para ver a su acompañante había desaparecido, dejando en el suelo solo el abrigo azul.
Andrés se quedó nuevamente un par de minutos pensativo mirando al mar, con el abrigo se su amigo puesto. A partir de ahí tenía que seguir solo. Durante ese día, Flowpe R. Fecto le había estado guiando y diciéndole que hacer pero ahora estaba bloqueado, no sabía cómo completar la supuesta resurrección de Mateo. Si Flowpe R. Fecto era la persona que le había guiado era porque la resurrección tenía que ver obviamente con el Flow.
Decidió tirarse de perdidos al río y sin perder un segundo, vestido con su traje y el abrigo azul sacó la baraja que llevaba encima, su mejor baraja y comenzó a hacer magia por el paseo marítimo de Gorliz. Los movimientos más fluidos que jamás hubiese hecho, con una impecable elegancia unida a la ilusión de su público hizo que la gente fuese acumulándose a su alrededor, creando un aura de flow a su alrededor. Pasaron dos horas y dieron las 21:00.
La gente se empezó a ir y Andrés termino su show, agotado pero contento. Guardo su baraja y se acercó nuevamente a la arena y se puso allí, de pie mirando ese precioso atardecer dejando que los minutos pasasen. Hacía calor pero Andrés no quería quitarse el abrigo de su amigo, le hacía sentir que el flow no se iba de el a pesar de haber terminado.
Los minutos pasaron y dieron las 21:12… y nada ocurrió. A pesar de haber acumulado esa gran cantidad de flow en su ser no había sido suficiente para que ese mágico momento ocurriese. Finalmente y sintiéndose derrotado, dejo caer el abrigo tras de sí a sus pies y tan solo dijo unas palabras: ‘’Lo siento amigo, no lo he conseguido. ’’
En ese momento, una ola alcanzo sus pies, pero no le importó, ni siquiera bajo la mirada hasta que notó un leve golpe en un pie, viendo como lo que le había golpeado era un ukelele metálico. Se agacho a recogerlo y cuando se levantó, una mano se apoyó en su hombro. El giro la cabeza y vio la mano que le sujetaba, que salía de una manga azul. Se giró y allí estaba Mateo, mirándole con una media sonrisa en la cara mostrándole con la mano libre su cuadro de ‘’El Flow Perfecto’’ que se suponía desaparecido. Antes de que ninguno dijese nada Mateo dio la vuelta al cuadro y Andrés leyó esas 2 palabras que tan importantes eran… ‘’Has perdido’’.
Tras unas risas se dieron un fuerte abrazo y se sentaron en la arena a hablar de lo que había ocurrido.
-Pero a ver ¿Cómo ha ocurrido? ¿Cómo has resucitado?
-Me lo han contado mientras estaba muerto. Veras, para poder resucitar a uno de nosotros, se necesita completar el flow perfecto. Para ello, un ente con todo el flow necesario debía guiarte hasta el sitio de mayor flow. Me dieron a elegir su nombre y decidí Flowpe R. Fecto, seguro que te ha encantado ¿eh?
-Pues si la verdad –Estuvieron riéndose un rato-
-Bueno, la cosa es que para completarse la resurrección, el ente es importante que haya desaparecido, él no debe participar en la acumulación de flow.
-Pero… yo no he conseguido el flow perfecto.
-Tu no, pero u conjunto de personas juntas sí.
Entonces, como una visión del pasado, Andrés vio en su mente 3 situaciones diferentes.
En una estaba Juan, su amigo negro quien a las 21:12 escribía la última palabra del último verso que dedicó a Mateo esa tarde tras su muerte con una capucha puesta, y un aura de flow a su alrededor.
En la siguiente, Nao cantaba en japonés una canción que compusieron entre ella y Mateo al son de la música de ukelele mientras Andrea dejaba libre su melena pelirroja y brindaba por él mientras a ambas las cubría un aura de flow también.
Y para terminar, Andrés se vio a sí mismo en la playa, recibiendo la ilusión de las docenas de personas a las que había hecho magia esa tarde y, por supuesto, un aura de flow a su alrededor.
-Vaya, parece que Flowpe ha decidido explicártelo el en su último momento en la tierra.
Rieron y tras unos minutos en silencio mientras observaban los últimos haces de luz del sol Andrés hizo su última pregunta.
-Mateo… ¿Cómo moriste?
-Esa sí que es una épica historia. Llegaba a mi casa el día de mi cumpleaños, algo tarde ya que estuvimos por Catalandia de farra. Al llegar oí unos ruidos en mi cuato  encontré todo desordenado, y a un hombre cogiendo de la caja fuerte mi cuadro de ‘’El Flow Perfecto’’. Se lo conseguí arrebatar y me lo coloqué a la espalda junto a mi ukelele metálico. Para mi sorpresa ese hombre saco un ukelele y me desafió a un duelo de ukeleles por el cuadro y yo acepté. Tras 2 horas sin dejar de tocar me marqué la nota final y acabé con el duelo, pero fue demasiado fuerte y el acabó desintegrado por la onda expansiva, así como que yo salí volando por la ventana muerto por la explosión. Mi cuerpo estuvo flotando a la deriva todos estos meses mientras yo hablaba con Jimmy Hendrix en el paraíso. Ha estado bien la verdad.

Ambos se levantaron y como si nada hubiese ocurrido decidieron irse de chiquiteo por Bilbao donde conocieron a dos amigables harrijasotzailes con los que pasaron la noche como si nada hubiese ocurrido mientras el patxaran corría por sus venas.

1 comentario:

  1. ¿No existe un botón de "me gusta" o "demasiado flow" en este blog? Porque lo necesita. Brutal, magnífico.

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